Aunque el lamentable estado de la economía actual no permite hablar en términos positivos de casi nada, la realidad refleja que la Formación Profesional sigue siendo una vía más «efectiva» de acceso al mercado laboral, con cifras superiores al acceso laboral desde la Universidad.
Esto es así debido a su carácter esencialmente práctico y aplicable directamente al sector al que está dirigido por su estrecha vinculación con la empresa. Su brevedad y accesibilidad son puntos que juegan a favor.
La FP, muy denostada en otros tiempos, en la actualidad goza poco a poco de un merecido reconocimiento y es que constituye un instrumento necesario en la reactivación de la economía. Está pendiente de las demandas de los sectores con mayor auge y proporciona trabajadores cualificados capaces de adaptarse a los cambios continuos, a través del desarrollo de competencias profesionales adecuadas y efectivas.
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