De cómo empecé a escribir mi primer post- Historia de un psicólogo en desempleo (I)

He «estao» durmiendo a dos metros bajo tierra y ahora he «decidío» dormir sobre la tierra. He «pasao» tanto tiempo lamentando lo que no entendía, que ahora prefiero que me den las claras del día. (No más lloráBebe)

Hoja en blanco. Un montón de palabras en mi mente. Ideas desordenadas. Ninguna conexión aparente entre ellas. Una pregunta: ¿por dónde empezar? La cosa parecía fácil. Busca entre todas esas ideas, elige una y desarróllala. Parece increíble cómo impone el papel en blanco y la presión para escribir te invade. Sin embargo, una vez escrita la primera línea, la primera frase, la primera palabra… el resto está rodado. Mis manos se deslizaban por el teclado y las ideas iban saliendo solas. Al principio parece que escribes cosas sin sentido. Lees. Relees. Revisas. Piensas. Sigues escribiendo. Decides que estás hablando de otra cosa totalmente diferente y… cambias de párrafo.

Recuerdo cuando en la escuela, el instituto y la facultad tocaba escribir un texto. Nunca he sido bueno en aquello de escribir grandes textos. Tampoco soy bueno en dar grandes discursos. Los que me conocen saben que soy de decir mucho con pocas palabras. A veces sólo hace falta eso: una palabra que lo exprese todo. A medida que un discurso se alargue está demostrado que la atención decae. Eso lo saben bien los políticos. Pueden extenderse una hora entera sosteniendo sólo una idea. Y así, pueden mantener la atención durante… dos párrafos.

Empieza el tercer párrafo. Aquí debería empezar a desarrollarse la idea que se introdujo en el primero, después de la anecdotilla del segundo. Hablábamos de hojas en blanco, de cómo empecé a escribir mi primer post (ése es el título). Lo que no queda nada claro y sería una pregunta interesante sería: ¿Por qué? O mejor dicho ¿Para qué? Este es el momento en el que en las películas hay una especie de flashback, la imagen se difumina y una voz en off cuenta una historia.

Todo comenzó hace más o menos un año cuando un grupo de curiosos formadores conocieron a una peculiar psicóloga y coach que les haría replantearse muchas cosas en sus vidas. No se trataba de un encuentro casual. En este contexto de crisis económica y desempleo comprenderéis que a mí, como al resto de mis compañeros, nos afectó de manera notable y, pues, decidimos inscribirnos en un curso de formación para el empleo. “Técnico de Formación“– rezaba el título del curso. Prometía ser un curso interesante en el cuál aprenderíamos a formarnos como docentes 2.0. Cientos de aspirantes- como ocurre actualmente en este tipo de cursos- y tan sólo 14 seleccionados.

Avatar construido con 14 partes de 14 personas

Avatar construido con 14 partes de 14 personas

Momentos de risa y llanto (de alegría y emoción), recuerdos inolvidables, aprendizajes motivadores y un hilo conductor: “crecer como personas”. Ése creo que fue el secreto del éxito de aquel experimento en el que 14 desconocidos formaron un grupo, un equipo de trabajo. Es, a día de hoy que seguimos teniendo contacto (más o menos) y decidimos emprender esta aventura: demostrar lo que sabemos y unir nuestro conocimiento al colectivo. Decidimos formar un equipo y, cada uno en su campo, escribir y escribir.

En mi parcelita del conocimiento pensaba abrir el blog con el concepto “mindfulness”. Sin embargo decidí que era mejor empezar presentándome y relatando el porqué de este blog, el porqué de este post y el porqué de mi conversión al mundo 2.0. Aviso para navegantes: como soy el “psicoloco” del grupo, me toca explicar los conceptos psicológicos, así que el tema mindfulness lo dejaremos para otro post.

El psicoloco hoy os quiere hablar, en este contexto de crisis, desempleo, búsqueda activa de empleo (en la que también se encuentra) de esas emociones que nos embargan y hasta parece que nos dominan. Hablaba al principio del post del miedo al papel en blanco, la incertidumbre… ¿Os suenan esas emociones? ¿Las habéis sentido alguna vez? ¿Cómo conseguís dominaros? ¿Creéis que son emociones positivas o son un lastre en nuestra vida?

Con respecto al miedo, recomiendo un libro que leí hace tiempo sobre este tema. Se trata de un ensayo del escritor José Antonio Marina titulado “Anatomía del miedo. Un tratado sobre la valentía”. En él, el escritor analiza los tipos de miedo que existen y los diferencia de otros conceptos similares, como el estrés, la angustia… analiza a qué se deben y cómo vencerlos con valentía. Siempre me gustó una frase que introduce el texto: “Valiente no es el que no siente miedo- ése es el impávido, el insensible-, sino el que no le hace caso, el que es capaz de cabalgar sobre el tigre”.

 Muchas veces parece que el miedo nos domina y no somos capaces de actuar como quisiéramos. Existen situaciones en las que el miedo está totalmente justificado, como respuesta ante un peligro. Nadie se atrevería a decirle a otro ser humano que no sienta miedo cuando le están amenazando de muerte, está siendo atracado o violentado por otro ser humano. Quizá la valentía en esas situaciones sea más producto de Hollywood, aunque no niego que puedan darse casos.

Sin embargo los miedos de los que me gustaría hablar son aquellos que tienen que ver con situaciones que no justifican el peligro real. Por ejemplo, el miedo a hablar en público, el miedo a una entrevista de trabajo, el miedo al ridículo, la vergüenza. Son viejos conocidos en mi mochila de la experiencia y he aprendido a tenerlos como compañeros de viaje, con humor. Por lo tanto, creo que el primer paso para vencer a un miedo es saber identificarlo como tal. Esto requiere de una atención plena (alerta spoiler: mindfulness) hacia nosotros mismos: lo que sentimos, cómo nos sentimos, sensaciones físicas, pensamientos, deseos, etc. Existen factores físicos que nos alertan que una situación nos produce

  • El famoso “nudo en el estómago»
  • Manos temblorosas
  • Voz aguda o tono monótono
  • Sensación de mareo
  • Sudoración excesiva (que cada cual entienda excesivo poniendo como referencia su sudoración
  • Ensalada mental (pensamientos desordenados, mente en blanco…)
  • Falta de apetito (por aquello del nudo en el estómago) o apetito desmesurado (para aliviar la ansiedad)

Una vez detectadas estas sensaciones físicas, somos conscientes de que tenemos miedo. ¿A qué? En esto hay mucha variabilidad. Tomando como referencia a Marina, no se trata de vencer el miedo no sintiendo nada, sino de ser conscientes de estas sensaciones y ser capaces de actuar. Muchos de los síntomas de este miedo a lo desconocido pueden solucionarse con simples ejercicios de relajación, respirando profundamente.

Nos relajamos. No hace falta saber Yoga para relajarse ni siquiera ponerse en posición de Flor de Loto. Simplemente en una postura lo suficientemente cómoda (sentados), en un lugar tranquilo (sin ruidos ni distractores) comenzamos a respirar profundamente. Respirar profundamente significa que se llenan los pulmones a su máxima capacidad. Podemos ayudarnos apoyando la mano sobre la barriga y ver cómo se levanta. Mantenemos durante unos segundos y soltamos todo el aire poco a poco.

¿Mejor? ¿Cómo os sentís después de practicar este simple ejercicio de respiración?

A modo de conclusión: Os he contado el porqué de este blog y el porqué de este post; os he hablado de miedo (un poquito) y cómo vencer esas sensaciones físicas mediante ejercicios de respiración. Me he introducido a mí mismo en este mundo y os he contado algo sobre mí: soy un “psicoloco en situación de desempleo” y cada semana os traeré alguna historia nueva sobre psicología y… algo más.

En resumen, parece que mi primer post no me ha salido del todo mal, pero eso lo dejo a la valoración de la audiencia, que sois vosotros y espero que comentéis para que pueda mejorar.

21 comentarios el “De cómo empecé a escribir mi primer post- Historia de un psicólogo en desempleo (I)

  1. Silvia dice:

    Error compi, tienes una sobrada capacidad para escribir textos largos. Enhorabuena por tu post, en el que estoy segura que nos hemos visto reflejadas muchas personas.

    ¡Saludos!

    • Iván Arias dice:

      Gracias Silvia. Espero sea el principio de muchos post y que os animéis a escribir en el blog. Quise compartir la historia porque era justo contar de dónde venimos para saber a dónde vamos. Un saludo

  2. Lia dice:

    Muy chulo e inesperado Iván!!! Ya me dejaste con las duda del mindfulness, jejeje.

  3. José Manuel G. dice:

    ¿Y dices que no se te da escribir grandes textos?. Pues si se te diera bien ya tendrías unos cuantos Pulitzer.
    Todos tenemos miedo. La diferencia es que cada cual usa su estrategia para ocultar un punto débil (porque en mi opinión personal, el miedo es una fisura en el tabique). La medicina creo que está en el camuflaje con que cada uno lo disimule y el grado de mimetizaje de la misma: hay grados que consiguen que hasta tú mismo te olvides de aquello de lo que te «escondes».

    • Iván Arias dice:

      Me ha costado, no te creas. El miedo al papel en blanco sigue ahí. No porque no haya cosas de las que pueda escribir, sino porque no sé si encajarán bien, si gustarán… la dichosa evaluación externa. En cuanto al miedo, sigo la recomendación de Marina de aprender a no combatirle, sino a soportarle. Como dice Hobbes: «el día que nací, mi madre parió 2 gemelos: yo y mi miedo». El miedo es algo que va a estar ahí, no se trata de no tener miedo, es una emoción que vamos a sentir… toleremos su presencia.

  4. José Manuel G. dice:

    Y sobre todo…. ¡Qué buenos recuerdos me trae ese avatar!!!. Hasta también podría ser un buen amuleto contra el miedo.

  5. mj dice:

    Iván con una palabra o con una frase enorme siempre consigue hacernos pensar y al mismo tiempo sonreir.Quien dijo miedo????

  6. Te imagino leyendo el post de la pantalla de tu dispositivo móvil… sorprendiéndonos…
    Ten cuidado, que de esto a hacer preguntas raras hay un paso muy pequeño…jajajja. ¡Gracias!

  7. larasscf40 dice:

    Mecachis con el pitufin de la clase, arranca con fuerza!
    No habrás dejado el listón un pelin alto?
    A ver quién es el valiente que se atreve al segundo ;)

  8. martalou2 dice:

    Génial, me ha encantado!!! Gracias por introducirnos a todos…qué buenos recuerdos!!!Lo peor es que a ver como enlazo yo ahora mi blog sobre «manualidades para peques» que tenía pensado…

    • Iván Arias dice:

      Gracias Martalou! Era lo justo decir de dónde viene todo esto y, un poco me habéis inspirado, así que este es mi pequeño homenaje a tod@s vosotr@s. En cuanto al blog de manualidades seguro que será un exitazo.

  9. larasscf40 dice:

    pues marta lou cambias manualidades de peques por COsinas de neños y listo :) yo lo veo muy acorde :) traes el movimiento y la frescura :)

  10. Podría leer este post mil veces, espero ansiosa siguientes entregas psicoloco :-)

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